¿Cómo cuidarme cuando estoy cuidando a otro?

Cuidar es la labor de proporcionar apoyo y acompañamiento tanto físico como emocional a quien, por razones multicausales, no puede cuidar de sí mismo. (3,4)

Cuidar a un ser querido puede ser a la vez una labor muy gratificante y altamente desgastante, pues implica un ejercicio constante y progresivo de gestión, acompañamiento, aprendizaje y trabajo físico y emocional. Comúnmente, las labores de cuidado de una persona que enfrenta una enfermedad severa son realizadas o lideradas por familiares, en su mayoría mujeres, o seres queridos que realizan esta tarea con profunda dedicación, amor y resiliencia.  (3,4)

Frecuentemente, quienes asumen labores de cuidado no están familiarizados con el proceso de la enfermedad, lo que puede provocar angustia, ansiedad o miedo . No saber cómo cuidar o pensar en lo que va a pasar, puede generar una tensión que repercute en la casa, la familia, el trabajo y la vida social del cuidador. (3,4)

También puede haber una sensación de pérdida de control y de importancia ante las conductas que tiene el enfermo. Es frecuente que aparezcan dificultades económicas que afectan en gran medida el cuidado entregado, las cuales interfieren aún más la salud mental del cuidador. (3,4)

Es muy importante que la persona que cuida, se cuide a sí misma. El equipo de cuidados paliativos tiene dentro de sus funciones la de brindar apoyo en todo sentido, entregando información, aclarando las dudas que vayan surgiendo a lo largo del camino y aportando estrategias de cuidado para la persona enferma y para el cuidador. Para cuidarse a sí mismo es muy importante mantenerse saludable. (3,4)

Una enfermedad terminal afecta a toda la familia, por lo que es importante cuidarse a uno mismo, así como también a todos los integrantes de la misma. (3,4)

Alimentación saludable:

• Procurar hacer todas las comidas del día manteniendo una rutina, aunque se esté muy cansado u ocupado.
• Es buena idea cocinar doble ración y mantener una de ellas congelada para otro día.
• Mantener colaciones saludables para los momentos en que no hay tiempo para preparar comidas.

Ejercicio físico:

• Darse el tiempo para realizar actividad física en forma regular.
• Incluso dar un paseo puede ser suficiente para mantenerse saludable.

Cuidar el sueño:

• Intentar dormir cuando duerme la persona enferma.
• Pedirle a alguien un relevo para dormir 8 horas seguidas si no se ha conseguido dormir suficiente en algunos días.

Cuidado personal:

• Mantenerse al día con las revisiones médicas propias.
• Bajar las propias exigencias con respecto a las tareas del hogar o si es posible solicitar apoyo con las tareas domésticas.
• Ponerse metas realistas en cuanto a la cantidad de trabajo que se puede hacer.
• Solicitar, siempre que sea posible, un permiso en el trabajo para cuidar de la persona enferma.

El cuidado de una persona con enfermedad avanzada puede afectar tanto física como mentalmente.⁴ Es normal desesperarse, enojarse, sentirse triste y frustrarse; la forma en que se manejen esos sentimientos hace una gran diferencia en cómo se vive el proceso. (1,2,3)

Descansar del cuidado de vez en cuando:

• Tomarse un descanso es muy necesario y no debe generar sentimientos de culpabilidad.
• Pedirle a un amigo o familiar que se ocupe del cuidado para poder descansar.
• Se puede solicitar ayuda externa durante el periodo de descanso u organizar unas horas de descanso al día.
• Algunas actividades que pueden ayudar durante el tiempo de descanso son: salir a caminar, ir a ver una película, almorzar con un amigo/a, quedarse tranquilamente en la casa en silencio o practicando un hobby.

Pedir ayuda:

• Llamar a familiares o amigos puede ayudar cuando la carga es muy pesada.
• Asignarle a quien podamos las tareas sencillas como cocinar o estar sentado junto al enfermo.
• Los grupos de ayuda pueden ayudar a expresar y compartir emociones.
• Considerar el acompañamiento espiritual también para el cuidador.

Manejo de emociones:

• Recordar que la situación es tensa para todos, por lo que es importante empatizar con las vivencias de los demás afectados.
• Es necesario buscar tiempo para estar con otros seres queridos con quienes compartir lo que se está viviendo.
• Encontrar formas de desahogarse a través de ejercicio físico, golpear almohadas, gritar cuando se está solo, o lo que sea que ayude a liberar tensión. Llorar o reírse son buenas formas de liberar emociones y descargar tensión.
• Evitar situaciones y personas que generen rabia o enojo. Es mejor salir de una situación que genera mucha frustración, antes que decir algo poco adecuado.
• Puede ayudar el escribir las experiencias vividas como forma de liberar las emociones.
• Practicar técnicas de respiración y relajación puede ayudar en el manejo de las emociones.

Es el agotamiento de la fuerza física o emocional. Es una situación que requiere apoyo de profesionales ya que interfiere en el cuidado personal y en el cuidado de la persona enferma. (5)

Señales de alerta, es necesario buscar ayuda si observamos lo siguiente: (3,4,5)

• Aparecen problemas de sueño como dormir poco o no dormir.
• Aparecen cambios importantes en los hábitos de alimentación, acompañado o no de cambios en el peso corporal.
• Sensación continua de cansancio y fatiga o por la falta de sueño o por la carga de tareas diarias.
• Pensar que “nadie va a cuidarle como yo” es frecuente y puede generar malestar a largo plazo porque dificulta el autocuidado y descanso necesario del cuidador.
• No querer salir de la casa ni compartir con otras personas.
• Aumentan las ganas de huir y escapar de la responsabilidad.
• El trabajo del día a día se torna disperso y agitado.
• Aparece irritabilidad constante o facilidad para enojarse, teniendo la sensación de “estar al límite” o no ser la misma persona que antes.
• Dificultad para concentrarse u olvido de detalles importantes.
• Aumenta el consumo de tabaco, alcohol o drogas (incluidos medicamentos).

1. Macmillan, K. et al. (2015). A Caregiver’s Guide: a handbook about end of life care. The Military and Hospitaller Order of St. Lazarus of Jerusalem/The Canadian Hospice Palliative Care Association. Available in: http://seniorsnl.ca/publication/caregivers-guide-handbook-end-life-care/
2. Guinart, N. Cómo atender a la familia del enfermo terminal. (2006) Rev Cubana Med Gen Integr;22(1). Disponible en http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252006000100010
3. Barreto, P., Diaz, J., Pérez, M., Saavedra, G. (2013). Cuidando al cuidador: familiares de pacientes al final de la vida. Revista de Psicología de la Salud (New Age) 1,1. Disponible en: https://revistas.innovacionumh.es › download
4. Minguez, A., Polo, L., Celemin, S. (2014) Cuidando-nos: Cuidarnos a nosotros mismos es cuidar mejor de nuestro familiar. Hospital San Rafael. Disponible en: https://www.neurologianeonatal.org/wp-content/uploads/2017/12/Cuidando-nos.pdf
5. Bueno Arnau, Miryam Inmaculada; Goberna Tricas, Josefina; López Matheu, Carmen. «Ética del cuidado compasivo en la familia: cuidando al cuidador». MUSAS. Revista de Investigación en Mujer, Salud y Sociedad, [en línea], 2018, Vol. 3, Núm. 2, p. 36-51, https://raco.cat/index.php/MUSAS/article/view/340461 [Consulta: 5-04-2022].