El experimentar una muerte libre de sufrimiento es un deseo generalizado de toda la población y es uno de los objetivos principales que los equipos de cuidados paliativos deseamos lograr para nuestros pacientes. Según un proyecto de investigación en el que nuestro grupo ha participado, la mayoría de las unidades de nuestro país no cuentan con protocolos de manejo de fin de vida (FDV) estandarizados, lo que implica que existe heterogeneidad en la manera en que se maneja este proce-so en las diferentes unidades.
Con el objetivo de contribuir a que todos los equipos de cuidados paliativos de Chile y de la región tengan un documento sobre el manejo de FDV al que puedan consultar fácilmente, es que la Sec-ción de Medicina Paliativa de la Escuela de Medicina UC pone a disposición estas recomendaciones. Nuestro objetivo es aportar a través de este documento al acceso a información de calidad sobre el manejo de FDV, de manera que en todas las unidades puedan contar con un documento al que pue-dan recurrir en caso que lo necesiten.
Este documento está organizado a partir de preguntas clínicas, las que fueron definidas por un grupo de expertos nacionales que generosamente dedicaron su tiempo para su desarrollo. Para cada pregunta se describen recomendaciones, cada una con una referencia específica. En caso que deseen acceder a más información, pueden consultar las guías clínicas originales directamente que están descritas en la sección de referencias.
Queremos aprovechar de agradecer a todas las personas que contribuyeron al desarrollo de esta guía clínica. En especial a los miembros de la Sección de Medicina Paliativa UC, que colaboraron en dife-rentes fases del proyecto, a los miembros del equipo de investigación Valentina Garrido y Aintzane Gallastegui, por su constancia y perseverancia en el diseño y en la gestión administrativa que permi-tieron esta guía clínica, y a las Dras. Marcela González O., del Complejo Asistencial Dr. Sótero del Río, y María José Puga Y, del Hospital Base de Valdivia, paliativistas nacionales que contribuyeron con su tremenda experiencia al desarrollo de este documento. Agradecemos también a la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile, a través de su proyecto Fondecyt Regular, que financió el pro-yecto de investigación y a la Dirección de Transferencia y Desarrollo y a la Vicerrectoría de Comunica-ciones y Extensión Cultural de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que permitieron el diseño y publicación de este documento.
Finalmente queremos agradecer a nuestras familias que nos apoyaron en todo momento en sacar esta guía adelante.
DR. CAMILO MENESES CORTÉS
DR. PEDRO EMILIO PÉREZ CRUZ
Sección Medicina Paliativa UC
Datos revisados en Australia informan que, de los pacientes que fallecen anualmente, 62,5% sufren una muerte predecible. Un 40% de este grupo recibe cuidados paliativos especializados y el 60% restante no. (1)
Dentro de los problemas observados, se ha encontrado la pobre estandarización de las conductas, pudiendo ge-nerar cuidado inadecuado e inequidad, así como problemas en el registro.
Además, la incertidumbre en el diagnóstico de Fin De Vida (FDV) podría ser mayor en los enfermos no oncológicos por el tipo de evolución natural de estas enfermedades y por la presencia de síntomas propios de la enfermedad, no siempre indicadores de muerte inminente. Esta diferencia en la identificación del proceso de FDV entre pa-cientes con enfermedades oncológicas y no oncológicas, podría generar inequidades en el cuidado entre estos tipos de pacientes.(2)
El estudio UDVIMI (A), estudio multicéntrico realizado en España y Argentina que evaluó 1.447 pacientes falleci-dos en servicios de medicina interna, se demostró que existe un registro insuficiente en las historias clínicas de los cuidados proporcionados al final de la vida y que hay diferencias importantes entre los pacientes con cáncer y sin cáncer.(3)
Es importante poder identificar a pacientes en FDV, ya que el reconocimiento de una muerte inminente y la discu-sión acerca de intervenciones clínicas relevantes facilitan la identificación de las metas y preferencias del cuida-do, deseos sobre el lugar preferido para fallecer y planificar la implementación del cuidado.(4)
Las prioridades de los pacientes en FDV se han descrito a través de estudios, y corresponden a las siguientes: (1)
Además, tanto pacientes como familiares y cuidadores evalúan la comunicación efectiva y la toma de decisiones compartida como de primera importancia en el cuidado de FDV, por sobre otros dominios tales como un cuidado experto, respetuoso y compasivo y confianza en los clínicos. (5)
Se describen cinco dominios del cuidado de FDV de calidad: (4)
La intención, es lograr una buena muerte, la cual se define como: (3), (4)
Por todo lo anterior, surge la pregunta sobre si existe la necesidad de establecer guías o recomendaciones estandarizadas para el manejo de FDV, pregunta que intentaremos responder como parte de la justificación de este trabajo.
¿Es necesaria una guía o recomendaciones para manejo y evaluación de pacientes en FdV?
¿Cuál es la realidad chilena?
En contexto del proyecto FONDECYT “¿HOW CANCER PATIENTS DIE IN CHILE? Association between characteristics of Palliative Care Services with the Quality of Dying and Death in patients with advanced cancer” se realizó un censo de las unidades de Cuidados Paliativos del país, en busca de indicadores de calidad de atención y su cumplimien-to. Dentro de estos indicadores, el que tuvo peor rendimiento fue el de gestión clínica, que incluye dentro de sus parámetros la disponibilidad de un protocolo clínico para estandarizar la atención del paciente en FDV. Solo un 8% de las unidades de Cuidados Paliativos evaluadas cuenta con un protocolo para manejar síntomas en pacien-tes en FDV.
Considerando todo lo anterior, es que desarrollamos estas recomendaciones, las que se basaron en la revisión de guías clínicas internacionales sobre el manejo de pacientes en FDV. Para hacer mas amigables estas recomenda-ciones, las ordenamos en base a preguntas clínicas. En algunos casos, el grupo de investigadores decidió agregar algunas recomendaciones a nivel de expertos, los que se basaron en la experiencia del grupo. Estos están descri-tas como “Recomendaciones de Grupo”.
Para realizar este documento, revisamos un total de 16 guías clínicas, las que están descritas en la sección de referencias. De algunas de ellas no seleccionamos recomendaciones para este documento, pero las incluimos de todos modos, para que los lectores puedan acceder a ellas. Además de lo anterior, incluimos algunos artículos científicos, que nos pareció importante de incluir por su relevancia.
Recomendación 1:
Recomendación 2:
Recomendación 3:
Recomendación del grupo:
Se sugiere mantener una lista de pacientes en FDV, dado que este grupo de pacientes pueden requerir mayor número de atenciones domiciliarias, así como a familiares.
Recomendación del grupo:
Una alternativa para facilitar el proceso familiar tras fallecimiento, es la entrega de la lista de pacientes en FDV desde APS o las unidades de Cuidados Paliativos, al servicio de urgencia de referencia.
Uso de “Triggers” para reconocer a pacientes en FDV: (2), (3), (4), (5), (6), (7), (9),
Recomendación del grupo:
Los signos vitales y su comportamiento NO ayudan a predecir el FDV, ya que este puede ocurrir sin alteraciones ni cambios significativos en estos.
Recomendación del grupo:
Los signos de muerte inminente están validados para pacientes con enfermedad oncológica. En el grupo de pacientes no-oncológicos no se ha logrado demostrar su utilidad para predecir la proximidad del fallecimiento, por lo que se deben usar con precaución y entendiendo sus limitaciones. (D)
Recomendación 1:
Recomendación 2:
Recomendación 3:
Recomendación 4:
Recomendación 5:
Recomendación 1:
En los pacientes en FDV hay que evaluar y registrar de forma sistemática en la historia clínica la presencia de síntomas y el grado de control de los mismos. (3)
Recomendación 2:
Si se piensa que un paciente está entrando en FDV se debe reunir la siguiente información: (7)
Recomendación 3:
Para guiar las decisiones sobre manejo de síntomas se recomienda realizar una valoración sistemática de los síntomas principales, para disminuir el riesgo de infraestimación de alguno de ellos y cuantificar su intensidad mediante escalas que permitan evaluar el resultado de las medidas aplicadas. Las escalas complementan, pero no pueden sustituir la valoración por parte del clínico. Entre los instrumentos/escalas recomendadas, se encuentran los siguientes: (1), (2), (3)
Cuando se aproxima la muerte, las necesidades del paciente pueden cambiar y para evaluarlas puede utilizarse el instrumento The Needs Near the End-of-life Care Screening Tool.
Evaluación de síntomas físicos
Dolor
Recomendación 1:
Se considera que la escala visual analógica (EVA), o alguna de las otras escalas unidimensionales de valoración del dolor, siguen siendo de elección. (7)
Recomendación 2:
En pacientes que no pueden explicitar efectivamente que sienten dolor (por ejemplo, demencia, déficit cognitivo), se sugiere usar métodos de evaluación conductuales validados para guíar el manejo. Entre las anteriores, se recomiendan: (2), (7)
Recomendación 3:
Considerar que la familia/cuidadores pueden ser una fuente de información sobre dolor y otras fuentes inquietud, cuando el deterioro del paciente impide una obtención directa de información como complemento a esta. (2)
Otros síntomas (no-dolor)
Recomendación 1:
Se recomienda evaluar la presencia de ansiedad y delirium (con o sin agitación) en todo paciente en situación de últimos días. (2)
Recomendación 2:
Recomendación 3:
Síntomas psicológicos
Recomendación 1:
Recomendación 2:
Síntomas espirituales
Recomendación 1:
El conocimiento de la fe o cultura de una persona es menos importante que la sensibilidad al hecho de que sus necesidades pueden ser distintas a las nuestras. Se debe evitar los estereotipos culturales, al mismo tiempo que se debe confiar en que la compasión, la preocupación y el interés en las necesidades espirituales del otro trascienden los grupos de fe y las culturas. (6)
Signos de muerte inminente
Recomendación 1:
El tiempo probable de fallecimiento es particularmente difícil de anticipar en algunas condiciones crónicas (no-oncológicas), sobre todo cuando hay multimorbilidad, en que se requiere una evaluación individualizada. Es recomendable buscar consejo de personas más experimentadas y especializadas, acordes a lo presentado por el paciente (por ejemplo, paliativista, geriatra, cardiólogo, nefrólogo, etc). (7)
Recomendación 2:
Buscar consejo de un colega más experimentado cuando existe algún nivel de incertidumbre o dudas sobre la evolución del paciente, si está efectivamente en FDV y si hay recuperabilidad. (7)
Recomendación 3:
Se han descrito signos característicos de muerte inminente que se presentan en los tres últimos días de vida (en pacientes oncológicos), dentro de los cuales se encuentran: (1), (2), (3)
Recomendación 1:
Todos los pacientes deben tener un plan de cuidados de enfermería, el que incluirá al menos: Cuidados de la piel, la boca, alimentación, eliminación, patrón respiratorio, descanso y manejo de dolor y otros síntomas. (3)
Escenario de atención
Recomendación 1:
Los pacientes en FDV se atenderán preferentemente en una habitación individual, o bien, intentando asegurar la mayor intimidad posible (3)
Recomendación 2:
Facilitar el acompañamiento familiar de los pacientes en FDV. (3)
Vía de administración de medicamentos
Recomendación 1:
En ausencia de un acceso venoso, la vía de preferencia es la subcutánea, siendo efectiva, factible de uso, segura y económica. (5)
Recomendación 2:
En FDV preferir la instalación del catéter subcutáneo en tronco o abdomen por sobre extremidades, dado la potencial disminución en la perfusión periférica. (5)
Cuidados de la cavidad oral
Recomendación 1:
Ofrecer cuidado frecuente de la boca y los labios, e incluir el manejo de boca seca en su plan de cuidado. (7)
Recomendación 2:
Se recomiendan las siguientes acciones:
Cuidados de la piel
Recomendación 1:
Las lesiones por presión se desarrollan rápido, especialmente en paciente frágil, pudiendo causar dolor significa-tivo, por lo que se debe poner sumo cuidado a su prevención en los pacientes en FDV. (6)
Recomendación del grupo:
El cuidado de las lesiones por presión debe estar enfocado más en el aseo que en la curación, evitando progresión, aparición de olor y evitando el dolor. La debridación y otros manejos avanzados no están recomendados.
Control de signos vitales
Recomendación 1:
Una vez determinado que el paciente está cercano a FDV, se deben disminuir al mínimo los controles de signos vitales. (6)
Diuresis y Cateterismo urinario
No se registran recomendaciones en la literatura revisada
Deposiciones
No se registran recomendaciones en la literatura revisada
Recomendación 1:
Son principios clave para el manejo de la medicación en FDV: (1), (2)
Recomendación 2:
Existen 8 fármacos que permiten el manejo de los síntomas terminales en la comunidad: (1)
Prescripción anticipatoria
Recomendación 1:
Usar un enfrentamiento individualizado para prescribir en forma anticipatoria, para pacientes que probablemente requerirán control sintomático en su FDV. Especificar las indicaciones y dosis de uso de cada medicamento prescrito. (7)
Recomendación 2:
Asegurarse de que los medicamentos prescritos en forma anticipatoria y sus vías de administración se indican lo más precozmente posible. Reevaluar en la medida que las necesidades del paciente cambian. (7)
Recomendación 3:
Cuando se decida qué medicamentos indicar en forma anticipatoria, tener en cuenta: (7)
Dolor
Recomendación 1:
Considerar que no todos los pacientes en FDV sufrirán dolor. Si se identifica dolor, debe manejarse rápida y efectivamente, y tratar cualquier causa reversible. (7)
Manejo no-farmacológico
Recomendación 1:
Se recomienda considerar un manejo no-farmacológico del dolor en pacientes en situación de últimos días, asociado a las medidas farmacológicas. (2)
Recomendación 2:
Explicaciones que faciliten la comprensión de la naturaleza del dolor y las expectativas del tratamiento puede permitir un mejor manejo. Cubrir las heridas o zonas irritadas, así como fijar fracturas, también puede ayudar. (6)
Manejo farmacológico
Recomendación 1:
Se recomienda NO prescribir analgésicos de forma rutinaria ya que, si bien es un síntoma muy frecuente, no todas las personas en situación de últimos días experimentan dolor. (2)
Recomendación 2:
Seguir los principios de manejo de dolor que se usan en otros momentos de la enfermedad al enfrentar al paciente en FDV y, cuando sea posible, guiarse por las preferencias del paciente para la administración de medicamentos. En dicho contexto:
Recomendación 3:
Siempre tener en cuenta alteraciones de función renal presente o esperada para ajuste acorde de fármacos, o rotación de opioides si corresponde. (10)
Recomendación 4:
Dado que es frecuente que pacientes, familia e incluso profesionales de la salud tengan la creencia de que el uso de opioides puede acelerar el fallecimiento del paciente, se deberá:
Recomendación 5:
La mejor práctica clínica es usar UN opioide. (11)
Recomendación 6:
No se debe iniciar analgesia transdérmica en FDV. Si está en uso previamente, no aumentarlo y preferir el uso de rescates. (11)
Recomendación 7:
En caso de instauración de tratamiento opioide, el de elección en situación de últimos días es la morfina de acción rápida (oral o parenteral). (2)
Recomendación 8:
En pacientes con dolor neuropático se recomienda mantener la medicación basal, en la medida de lo posible. Es frecuente que en situación de últimos días se pierda la vía oral, por lo que se tendrá esto en consideración de cara a la dosificación de opioides. (2)
Recomendación 9:
Se recomienda no retirar o disminuir abruptamente la medicación opioide ya que, tanto esta disminución o retirada como el dolor mal controlado, son factores reconocidos de desorientación y delirium. (2)
Recomendación 10:
Definir necesidad y ajuste de acuerdo a si el paciente usaba previamente o no opioides. (10)
Recomendación 11:
Se puede agregar Dexametasona 4mg vsc para manejar dolor progresivo como terapia a corto plazo. (11)
Disnea
Manejo No-farmacológico
Recomendación 1:
Considerar manejo no-farmacológico de la disnea. (7)
Recomendación 2:
Identificar y tratar causas reversibles de disnea. (7)
Recomendación 3:
Se recomienda mantener o iniciar el tratamiento específico si se conoce la causa de la disnea y el balance beneficio-riesgo individualizado es favorable. En EPOC, asegurar broncodilatación y terapia médica óptima. En insuficiencia cardíaca, optimizar tratamiento médico incluido diuréticos. (2), (11)
Recomendación 4:
La sensación de “movimiento de aire” puede provocar gran alivio, pudiendo lograrse con abrir una ventana o poner un ventilador en la habitación. Mantener espacios ventilados, con circulación de aire y atmósfera calma. (6), (11)
Recomendación 5:
No iniciar oxígeno de rutina para manejo de disnea. Solo ofrecer oxigenoterapia a personas en que se sospecha clínicamente o se ha demostrado hipoxemia sintomática. (7), (11)
Recomendación 6:
Se recomienda ofrecer una prueba terapéutica de oxigenoterapia independiente de la hipoxemia en caso de que las medidas no-farmacológicas no produzcan un alivio de la disnea, y mantenerla si el paciente/familia perciben un beneficio. (2)
Farmacológico
Recomendación 1:
Se recomienda añadir tratamiento farmacológico si el control de la disnea es inadecuado con medidas no-farmacológicas (2), (7)
Recomendación 2:
Como prescripción anticipatoria, se recomienda: (11)
Uso de Morfina 2.5-5mg vsc SOS
Si se asocia ansiedad importante, uso de Midazolam 2.5-5mg vsc
Recomendación 3:
Si el paciente tiene disnea presente (y persistente), debe evaluarse si hay uso previo de opioides: (5), (10), (11)
Recomendación 4:
Si el control del síntoma es estable, tratar con opioides en dosis baja, regular, de liberación prolongada. (5)
Recomendación 5:
Benzodiacepinas pueden usarse con precaución para alivio de disnea con ansiedad asociada, si los opioides no son efectivos. (5)
Recomendación 6:
Se puede considerar el uso de corticoides para la paliación de disnea relacionada a cáncer, refractaria a otros tratamientos. (5)
Náuseas y vómitos
No-farmacológico
Recomendación 1:
Recomendación 2:
Evaluar, de manera proporcionada, causas probables de náuseas o vómitos en el paciente en FDV, las que pueden incluir: (2), (7)
Recomendación 3:
Considerar modificaciones ambientales y sobre alimentos, mantener buena higiene oral. (11)
Farmacológico
Recomendación 1:
Recomendación 2:
Recomendación 3:
Para la indicación de fármacos antieméticos, considerar uso previo:
Recomendación 4:
Se sugiere como medicación de uso estándar en atención paliativa: (2), (5)
Recomendación 5:
En pacientes en FDV, con náuseas y vómitos por obstrucción intestinal, considerar: (2), (5), (7)
Delirium (también mencionado como “restlessness”, que podría traducirse como inquietud)
No-farmacológico
Recomendación 1:
Se recomienda aplicar medidas no-farmacológicas de prevención y manejo de la ansiedad y delirium. Se recomienda realizar soporte y educación a la familia. (2)
Recomendación 2:
Identificar potenciales causas y tratarlas de acuerdo a los objetivos de cuidado. Educar a la familia sobre origen de los síntomas y manejo (no discutir, tratar gentilmente, etc), así como sobre manejo ambiental. (6), (11)
Recomendación 3:
Mantener un ambiente tranquilo, callado y bajo en estimulación. Reproducir música que al paciente le guste/calme. (6)
Farmacológico
Recomendación 1:
Se recomienda considerar el uso de un medicamento antipsicótico clásico (Haloperidol) para controlar el delirium y, en caso de ausencia de respuesta, su combinación con benzodiacepinas. (2)
Recomendación 2:
Como prescripción anticipatoria, indicar Haloperidol 1.5-3mg sc SOS (máx 10mg/24 Hrs) o Midazolam 2.5mg SOS. (10)
Recomendación 3:
Si el paciente está sintomático:
Recomendación 4:
En agitación psicomotora: (10), (11)
Recomendación 5:
La administración de Olanzapina puede ofrecer beneficio en manejo sintomático de delirium. (5) *Disponible vía oral, intramuscular e intravenosa
Recomendación 6:
La administración de Quetiapina puede ofrecer beneficio en manejo sintomático de delirium. (5) *Solo disponible vía oral
Recomendación 7:
Las benzodiacepinas son efectivas en proveer sedación y potencial ansiólisis en el manejo agudo de distrés severo asociado a delirium. (2), (5)
Estertores
No-farmacológico
Recomendación 1:
Se recomienda iniciar medidas no-farmacológicas para aliviar los estertores, para reducir cualquier malestar en las personas en FDV y en su entorno. (2)
Recomendación 2:
Educar a cuidadores sobre que la presencia de estertores implica que el paciente está cómodo con una acumulación de saliva/mucus que a uno le produciría tos. Es clave la clarificación anticipada de su naturaleza y significado. Normalizar el sonido y educar en el efecto de los fármacos. (2), (5), (7), (10), (11)
Recomendación 3:
Evaluar causas probables de estertores en paciente en FDV. Evitar sobrecarga de volumen. (5), (7)
Recomendación 4:
Reposicionar permite mejor aclaramiento de secreciones, así como asear la boca y la aspiración suave de la orofaringe. (6), (10), (11)
Recomendación 5:
NO realizar aspiración nasotraqueal, ya que no hay evidencia que avale su uso e incluso podría aumentar las secreciones. (5), (6)
Farmacológico
Recomendación 1:
Se recomienda considerar tratamiento farmacológico de los estertores cuando la aplicación de medidas no farmacológicas y un correcto proceso comunicativo con el paciente y su familia son insuficientes. (2)
Recomendación 2:
Cuando se esté administrando medicamentos por estertores: (7)
Recomendación 3:
Considerar una prueba terapéutica si están causando distrés al paciente. Titular el tratamiento para las necesidades o circunstancias, usando uno de los siguientes fármacos: Escopolamina, Atropina. (2), (7)
Recomendación 4:
Se sugiere el uso de Escopolamina como primera opción. (2), (7)
Recomendación 5:
Como prescripción anticipatoria, usar Escopolamina 20mg SOS (máx 120mg/24 Hrs). (10)
Recomendación 6:
Prescripción como tratamiento (si familiar está preocupado o el paciente parece incómodo): Escopolamina 20mg sc inmediato y luego por horario. (10), (11)
Recomendación 7:
Considerar cambiar o suspender fármacos si los estertores continúan y siguen causando distress tras 12 Hrs de tratamiento (podrían tomar hasta 12 Hrs en ser efectivas, si no responde tras 2-3 dosis es poco probable que haya respuesta). Lo mismo en caso de efectos adversos intolerables (boca seca, RAO, delirium, agitación, sedación). (7), (11)
Recomendación del grupo:
Fiebre
Sedación paliativa
Recomendación 1:
Definición: Administración de fármacos, en las dosis y combinaciones requeridas, para reducir la consciencia de la persona en situación terminal o de agonía, para aliviar adecuadamente uno o más síntomas refractarios, previo consentimiento informado. (3)
Recomendación 2:
Para iniciarla se debe contar con el consentimiento del paciente, ya sea verbal o por escrito. Si el paciente no es competente, debe revisar la existencia de voluntades anticipadas y consultar con el “representante”. Siempre debe quedar registro en ficha clínica. (3)
Recomendación 3:
Se sugiere aplicar sedación paliativa en pacientes en situación de últimos días con sufrimiento causado por uno o más síntomas refractarios. (2), (3), (5)
Recomendación 4:
La indicación debe ser deliberada por el equipo terapéutico, en forma multidisciplinaria, a fin de confirmar que el paciente tiene síntomas refractarios. (2), (3), (5)
Recomendación 5:
Un síntoma se considera refractario cuando el tratamiento: (2), (5)
Recomendación 6:
Todos los servicios deben tener un protocolo de sedación paliativa, el que debe incluir las indicaciones, los síntomas refractarios a aliviar, los fármacos, dosis de inducción y mantenimiento, rescates y la monitorización del nivel de sedación. (3)
Recomendación 7:
Recomendación 8:
En un paciente en sedación paliativa, se realizará adecuación terapéutica:
Otros síntomas
Convulsiones
Recomendación 1:
Administrar Midazolam 5mg vsc y repetir cada 10 minutos hasta por 3 veces. (11)
Hemorragias
Recomendación 1:
Puede utilizarse medidas locales y sistémicas (vo o iv) como ácido tranexámico. (5)
Nutrición
Recomendación 1:
En pacientes con sobrevida esperada menor a unas pocas semanas o días, se debe disminuir la “invasividad” de las intervenciones nutricionales y proveer consejería nutricional y suplementos orales. (5)
Recomendación 2:
No se debe iniciar nutrición artificial en las últimas semanas de vida. (5)
Recomendación 3:
Debería ofrecerse alimentos vía oral si el paciente tiene vigilia suficiente para tragar. (6)
Recomendación del grupo:
No hay evidencia de que la nutrición artificial en FDV mejore los resultados, pudiendo aumentar el sufrimiento.
No se recomienda su uso.
Hidratación
Recomendación 1:
Discutir los riesgos y beneficios de la hidratación artificial con el paciente y sus contactos significativos. Aconsejar que, para alguien que está en FDV (5), (6), (7)
Recomendación 2:
Apoyar al paciente en FDV para beber si lo desea y es capaz. Evaluar dificultades como trastorno de deglución o riesgo de aspiración. Discutir los riesgos y beneficios de continuar la ingesta con el paciente y los involucrados en su cuidado. (7)
Recomendación 3:
Si hay sed significativa e incapacidad para tragar, podría ofrecerse hidratación (ev o sc). (6)
Recomendación 4:
Evaluar en forma diaria el estado de hidratación del paciente, y considerar la posible necesidad de iniciar hidratación asistida, respetando los deseos y preferencias del paciente. (7)
Recomendación 5:
Considerar una prueba terapéutica de hidratación si el paciente tiene síntomas o signos distresantes que pudieran estar asociados a deshidratación, como sed o delirium, y en que la hidratación oral resulte inadecuada. Considerar también ante malestar o inquietud emocional en el paciente y su familia, pese a un adecuado proceso de comunicación con el equipo de atención. (2), (7)
Recomendación 6:
Si se decide iniciar hidratación: (2), (7)
Oxigenoterapia
Recomendación 1:
No iniciar oxígeno de rutina para manejo de disnea. Solo ofrecer oxigenoterapia a personas en que se sospecha clínicamente o se ha demostrado hipoxemia sintomática. (7)
Recomendación del grupo:
Si bien las guías clínicas no establecen un nivel de saturación bajo el cual iniciar oxigenoterapia, es razonable considerar metas permisivas en cuanto a la saturación (88-92%)
Transfusiones
Recomendación 1:
Transfusiones de glóbulos rojos y plaquetas pueden tener beneficios limitados en las últimas semanas de vida. (5)
Recomendación 2:
La transfusión de glóbulos rojos puede provocar beneficios a corto plazo y mejorar la calidad de vida. (5)
Recomendación 3:
La transfusión de plaquetas puede apoyar el manejo de sangrado sintomático, pese a los limitados beneficios por la corta vida media plaquetaria. (5)
Recomendación del grupo:
Como regla general, no se recomienda realizar transfusiones de hemoderivados a pacientes en FDV.
Antibióticos
Recomendación 1:
Descontinuación de tratamientos
Recomendación 1:
Una vez determinado que el paciente está cercano a FdV, se deben suspender todos los medicamentos que no sean imprescindibles. (6)
Recomendación del grupo:
Además de considerar la suspensión de terapias farmacológicas, debe considerarse la suspensión de otras terapias que no aporten al bienestar y/o manejo sintomático del paciente, por ejemplo: hemodiálisis.
No se registran recomendaciones en la literatura revisada
Servicio de Urgencias
Recomendación 1:
Trabajar en equipo junto con los especialistas en Cuidados Paliativos, líderes espirituales (capellanes) y enfermeras especializadas en donación de órganos permite que si el paciente ingresa en FDV, la comunicación y entrega de atención en el Servicio de Urgencias pueda ser compasiva y centrada en el paciente. (6)
Recomendación 2:
En caso de que un paciente identificado como en FDV quiera ir a casa, hay que asegurarse de que el médico tratante (APS) sepa que está cercano a FDV para continuidad de manejo. (6)
Recomendación 3:
Respecto de la incertidumbre, muchos pacientes pueden tener una recuperación incierta (por ej adulto mayor frágil con sepsis o exacerbación de EPOC), en que hay muchas probabilidades de fallecer pero podría haber recuperación. En estas circunstancias debe informarse a la familia e involucrarlos en la toma de decisiones sobre su futuro. El lenguaje debe ser claro y evitar eufemismos. Una buena frase, por ejemplo, es “está tan enferma como para morir”, porque es simple y sin ambigüedades sobre la gravedad de la situación. (6)
Otras unidades: MQ, UCI, Domicilio, Hospice
No se registran recomendaciones en la literatura revisada
Recomendación 1:
La comunicación es central para asegurar los mejores outcome posibles. Cuando se comparte información en la situación de últimos días, se debe partir desde el nivel de información que el paciente y/o la familia tienen e incluir información adecuada sobre: (2)
Recomendación 2:
Las habilidades comunicacionales no deberían verse sólo como entrega de malas noticias, si no también como una oportunidad de abrir conversaciones sobre los deseos y prioridades de los pacientes. (2), (6)
Recomendación 3:
Sobre la información a entregar: (2), (5), (6) ,(7)
Recomendación 4:
Además de la información, se debe entregar al paciente y sus contactos significativos: (3), (7)
Recomendación 5:
La transición de un paciente a la fase de FDV debe ser comunicada en forma consistente por todos los miembros del equipo de salud. Los mensajes mixtos (o contradictorios) deben evitarse ya que pueden llevar a pérdida de confianza, errores en comunicación, conflictos y empeoramiento del cuidado. (4)
Recomendación 6:
Así como preguntamos a la familia por sus deseos, se debería intentar establecer si existe algún tipo de directiva anticipada sobre los cuidados en FDV, para actuar acorde con esto. (6)
Recomendación 7:
Es indispensable conocer los límites de confidencialidad establecidos por el paciente durante sus últimos días de vida. (3)
Recomendación 8:
La información al paciente y a sus familiares se proporcionará manteniendo la intimidad y la privacidad. (3)
Recomendación 9:
Se recomienda fomentar un clima adecuado basado en la calidez, empatía, asertividad y una actitud de escucha activa, prestando especial atención a la comunicación no verbal. En la medida de lo posible, es importante buscar un espacio físico que mantenga la privacidad, destinar el tiempo necesario y permitir hacer preguntas y aclarar dudas, dejando también un espacio para la reflexión. (2)
Recomendación 10:
Identificar al miembro del equipo más apropiado para explicar el pronóstico, basando esta decisión en: competencias, confianza y relación con el paciente. (7)
Recomendación 11:
Mientras que sea posible, es deseable cumplir los deseos de un paciente en FDV. Cuando no sea posible, debe explicarse la razón de esto al paciente y sus contactos significativos. (7)
Reuniones familiares
Recomendación 1:
Las reuniones familiares han demostrado disminuir la ansiedad, apoyar la toma de decisiones y fijar objetivos de cuidado, por lo que se recomienda realizarlas. (4)
Manejo de situaciones complejas
No se registran recomendaciones en la literatura revisada
Recomendación 1:
Se recomienda una toma de decisiones compartida (pero debe ajustarse a las necesidades de la familia, que puede beneficiarse más de un estilo pasivo o activo de toma de decisiones), en que los profesionales comunican la evidencia y recomendaciones y el paciente entrega la información sobre qué es lo más importante y práctico en su situación. Se debe intentar conciliar los dos puntos de vista para que las decisiones sean con la mejor calidad, informadas y considerando la evidencia y valores del paciente. (4)
Recomendación 2:
Establecer el nivel de involucramiento que el paciente en FDV quiere tener y el que es capaz de tener en la toma de decisiones compartida, asegurando la honestidad y transparencia cuando se discuta el desarrollo e implementación del plan de cuidado. (2), (7)
Recomendación 3:
Identificar un profesional de salud líder, responsable de fomentar la toma de decisiones compartida en los últimos días de vida del paciente. Este profesional debe: (7)
Recomendación 4:
Como parte del proceso de toma de decisiones compartidas, debe tomarse en cuenta: (2), (7)
Recomendación 5:
Se recomienda, a pesar de la incertidumbre pronostica presente en muchos casos, iniciar el proceso de toma de decisiones compartida lo antes posible durante el proceso de enfermedad, o al principio de la relación clínica si no ha sido realizado previamente por otros profesionales. (2)
Recomendación 6:
En caso de que el paciente se encuentre en una situación que no le permita tomar decisiones, revisar: (2)
Adecuación de esfuerzo terapéutico
Recomendación 1:
La adecuación del plan terapéutico a la situación actual del paciente y la limitación del esfuerzo terapéutico deben ser compartidas por el equipo asistencial y consensuadas con el paciente y/o su familia. (3)
Recomendación 2:
La adecuación del plan terapéutico a la situación actual del paciente y la limitación del esfuerzo terapéutico se registrarán de forma justificada en la historia clínica. (3)
Recomendación del grupo:
La adecuación de esfuerzos terapéuticos tiene relación con terapias que resultan fútiles. No es aceptable la suspensión de cuidados básicos en este contexto.
Equipo multidisciplinario
Recomendación 1:
Se reconoce la obligatoriedad de compartir entre varios profesionales médicos y de enfermería las decisiones de limitar el esfuerzo terapéutico. (3)
Duelo y atención a la familia
Recomendación 1:
Se debe facilitar el acceso a cuidados religiosos y psicológicos para la familia. (3)
Recomendación 2:
Debe existir un proceso de screening inicial de distrés psicosocial en cuidadores/familiares en la fase previa al fallecimiento. (5)
Recomendación 3:
Antes y después del fallecimiento se debe identificar, y derivar, las situaciones de riesgo de duelo complicado: pérdida previa, exposición a un trauma, antecedentes psiquiátricos, tipo de apego y relación con el paciente. Otros factores son: muerte violenta, calidad de los cuidados, experiencia de muerte, cercanía y dependencia conyugal y falta de preparación ante la muerte. El equipo de salud debe estar entrenado para esto. (3), (5)
Recomendación 4:
Derivación para intervención y soporte por psicooncología, trabajo social o cuidado espiritual debe considerarse para cuidadores con historia de cuidado prolongado, dado que son vulnerables a la ansiedad, depresión y a distrés financiero y social, antes y después del fallecimiento. (5)
Autocuidado de equipo de salud
Recomendación 1:
Debe reconocerse que el personal puede necesitar soporte emocional cuando está cuidando personas en FDV. El staff debería saber qué mecanismos de soporte pueden encontrar en caso de necesitarlos. (6)
Recomendación 2:
Dentro de las medidas de autocuidado, deben incluirse:
Qué y cómo registrar en la ficha clínica
Recomendación 1:
La condición del enfermo que precisa cuidados o en FDV se debe registrar en la historia clínica (3)
Recomendación 2:
Se debe registrar en la historia clínica el conocimiento de la enfermedad, los valores y las preferencias de los pacientes con enfermedades en situación avanzada que ingresan en el hospital, y de sus familiares. (3)
Recomendación 3:
Para garantizar la buena calidad y continuidad de los cuidados, todos los profesionales que intervienen en el proceso de cuidado de los pacientes con enfermedades avanzadas deben conocer la situación clínica, anímica, familiar y espiritual de los mismos. Para ello, es imprescindible que estos datos estén disponibles en la historia clínica. (3)
Recomendación 4:
Debe registrarse el proceso de entrega de información al paciente y sus familiares. (3)
Recomendación 5:
Se recomienda registrar los temas tratados y el plan de cuidados en un lugar adecuado para ello en la historia clínica, accesible para todos los profesionales que intervienen en la atención, y compartir esta información, además de con el resto del equipo de atención con los cercanos de la persona enferma implicados en su cuidado y/o acompañamiento. (2), (6)
Recomendación 6:
Debe documentarse si el paciente no es candidato a ingreso a unidades de mayor complejidad. (6)
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